miércoles, 24 de septiembre de 2008
expo: ESTADO DE EMERGENCIA.
La Casa Gran ( Gavà )
del 30 de octubre al 22 de noviembre.
ESTADO DE EMERGENCIA
"Detrás de una puerta con números plateados se esconde un grupo de personas que, cada viernes por la noche, se dedica a comentar sus problemas con el alcoholismo. Sumando o restando números al dígito anterior, otra puerta se abre en un edificio diferente, en otra ciudad de cualquier parte del mundo, y hombres y mujeres comparten, tal vez en este mismo momento, su tremenda adicción al sexo, o a la comida, o a tomar prestados bolsos de Louis Vuiton en grandes almacenes y tiendas de postín.Todas esas personas, de las que hemos oído hablar como auténticas leyendas urbanas, existen, y no son un simple producto del imaginario colectivo: ahí sentado está nuestro vecino con sus incontinencias sexuales, y en el otro extremo de la sala, la mujer que nos atiende en el banco despliega los inconvenientes de su obsesión por los sonidos de las máquinas tragaperras.
Imaginemos el mundo como una intensa sesión de psicoterapia grupal. Tampoco es tan complicado, si tenemos en cuenta que durante gran parte de nuestra existencia nos limitamos a ejercer de espectadores ante problemas emocionales que en principio nos pueden resultar ajenos, estudiando conductas y catalogando actitudes como heroicas o más propias de un auténtico villano, examinando retratos de gente aparentemente normal, como si la normalidad fuese un valor que de forma exclusiva nos perteneciese a nosotros mismos. Edgar Ibáñez nos invita a sentarnos frente a los retratos de todos estos ángeles y demonios, capturando las imágenes de lo que muestran y de lo que se afanan por ocultar al mundo, colocándonos frente a un reflejo exacto de nosotros mismos y de nuestra actitud con respecto al entorno en que vivimos. El ser humano, como leyenda urbana en estado de emergencia.
"Detrás de una puerta con números plateados se esconde un grupo de personas que, cada viernes por la noche, se dedica a comentar sus problemas con el alcoholismo. Sumando o restando números al dígito anterior, otra puerta se abre en un edificio diferente, en otra ciudad de cualquier parte del mundo, y hombres y mujeres comparten, tal vez en este mismo momento, su tremenda adicción al sexo, o a la comida, o a tomar prestados bolsos de Louis Vuiton en grandes almacenes y tiendas de postín.Todas esas personas, de las que hemos oído hablar como auténticas leyendas urbanas, existen, y no son un simple producto del imaginario colectivo: ahí sentado está nuestro vecino con sus incontinencias sexuales, y en el otro extremo de la sala, la mujer que nos atiende en el banco despliega los inconvenientes de su obsesión por los sonidos de las máquinas tragaperras.
Imaginemos el mundo como una intensa sesión de psicoterapia grupal. Tampoco es tan complicado, si tenemos en cuenta que durante gran parte de nuestra existencia nos limitamos a ejercer de espectadores ante problemas emocionales que en principio nos pueden resultar ajenos, estudiando conductas y catalogando actitudes como heroicas o más propias de un auténtico villano, examinando retratos de gente aparentemente normal, como si la normalidad fuese un valor que de forma exclusiva nos perteneciese a nosotros mismos. Edgar Ibáñez nos invita a sentarnos frente a los retratos de todos estos ángeles y demonios, capturando las imágenes de lo que muestran y de lo que se afanan por ocultar al mundo, colocándonos frente a un reflejo exacto de nosotros mismos y de nuestra actitud con respecto al entorno en que vivimos. El ser humano, como leyenda urbana en estado de emergencia.
David Guillén.
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